lunes, 19 de mayo de 2014

RESEÑA II.- POETAS HISPANOAMERICANOS. BENJAMIN LEÓN. PARA NO MORIR



BENJAMÍN LEÓN, “PARA NO MORIR”,

Turandot Ediciones, 2012, 2014.













Benjamín León(La Serena, Chile,1974)  es profesor de Castellano y Filosofía por la Universidad de La Serena. Dirige las Jornadas Internacionales de Estudios Mistralianos. Ha publicado “Tankas de Pájaros”, Ediciones del 4 de agosto, 2008; “La luz de los metales”, Institución Cultural El Brocense, 2009; y “Para no morir”, Turandot Ediciones, 2012. “Canciones para animales ciegos”, Autores Premiados,2013.Su obra ha sido recogida en distintas antologías y publicaciones literarias Es gestor cultural en diversos proyectos relacionados con las artes, la educación y el desarrollo comunitario. Entre otros reconocimientos, cuenta con la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile; el XI Concurso Literario Nacional Juegos Florales de Vicuña Gabriela Mistral; el XII Premio Flor de Jara de Poesía; y el XXXIII Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez.



De su poesía dice Dolors Alberola:  “…. su voz anida en el imposible más alto, porque allí está la luz, allí crece la música, allí la locura más cuerda, pero también el canto el canto solidario o el que, ahondando en las fibras oscuras de la especie, indaga, se pregunta y, parafraseando al gran Hölderlin, se hace mendigo reflexionando para, seguidamente, ascender a las nubes más altas de sus sueños y convertirse en un pequeño dios [...]” y Carmen Sáiz : . Así es la poesía de Benjamín, una declaración lúcida tras otra que paralizan al frío y al lector bajo el mismo porche. No es extraño identificar la propia aflicción con el pesar que reman las víctimas de idénticas ausencias. Un verso sólo, sólo uno, puede entonces aconsejar la ruta menos espinosa después de que alguien apague las luces o, si es preciso, emprender el desafío en contra del olvido con un candil de tinta entre las manos. “


El poeta define de la siguiente manera la poesía, su poesía, reivindicando hondamente el papel de la memoria en ella: La poesía es memoria, evoca constantemente un viaje hacia el origen y es, de igual forma, intemporal. Por este motivo, quien trabaja con la poesía, quien macera las palabras para aunar en ella los diálogos de la emoción, abre sus percepciones al todo donde se habita, a los sucesos que acaecen o transcurren, y recoge las partes de esta semilla que vinculan al mundo con el ser humano. En este sentido, creo que la memoria es un material latente para el poeta, pues éste reconstruye los tiempos, es la memoria de un pasado o la memoria de un futuro, que por algún extraño motivo sólo el lenguaje poético puede contener; el poeta recoge restos de eternidad y arma con ellos el mundo que entregará para un lector que aprehenderá para su propio corazón una palabra nueva, una palabra que dice aquello que en los labios calla. …“



Para no morir es un hermoso poemario en el que su estructura descansa en dos pilares contradictorios aparentemente, aunque complementarios en la realidad: el “tempus fugit” y la memoria que tan bien describe el poeta.  El primero de ellos nos alerta de la brevedad como es el caso del primer poema del libro que nomina al poemario: “Para no morir” ; Si para no morir / formamos la palabra/ y hacemos de su pulso el cuerpo en la ceniza/a qué terrible muerte nos alzamos,/ …/ Jamás yace el poema”; pero al mismo tiempo nos propone la salvación en la palabra. Sólo en ella está la salvación y en ella está el verdadero soporte, el pilar escondido, tras tantos trampantojos  .



Dividido formalmente el libro en dos partes, tras el poema introductorio ya citado, la diferencia entre una y otra es puramente formal,  la segunda es prosa poética y es un conjunto de poemas necrológicos dedicados a la memoria de poetas que fueron, para el autor, fundamentales en su poética o en su vida..  .


Dirá: “Amanecer de camposanto/ qué soledad más cierta./…/…No tenemos patria, / quizás nunca tuvimos,/ pero este campo lleva nuestros nombres/…”, es decir la raíz de la memoria está presente , más allá de este instante en una vida que estuvo ahí , cierta, y que revive …y “ Me quedo en la distancia,/ en esa distracción de Dios sobre los muertos,/…” y sobre todo la palabra  y su capacidad receptora de sentimientos:  “Todo es inútil:/Una palabra es tan difícil/ como el tiempo/ y en ella caben todas las ausen cias,/…”. Y, en medio de la desolación surge el destello: “Oigo cantar un pájaro/ al frente de este buque hundido./…”, Y  “Con su triunfante paso desnudan las estrellas/ la órbita de muerte y de consuelo/ donde el poema canta./…”,  para vestir la ausencia con las bellas  palabras del retorno en la memoria: “ Podría regalarte  un pájaro de mimbre,/ un río de silencio/ donde las piedras canten tu pureza/ y el tiempo se aproxime a las orillas/ y abrevie la distancia./…”



En la parte segunda,  cuatro poemas en prosa presididos cada uno de unos versículos de Blanca Varela, José María Pinilla,  Lola Santiago y Blanca Sandino, son con su música una especie de “tombeaux” en sus respectivas memorias. “Alguien te nombra, llena su soledad con tus cabellos; intenta descifrar lo que oculta el olvido, para cruzar la muerte, Blanca, para escribir el aire.” dirá de Blanca Varela; de José Maria Pinilla que “había seguido el camino de Alfonsina” dirá: “Tú que heredaste el signo y el silencio, dime qué cosas son indiscutibles, de qué palabras cuelga nuestra muerte, de qué herida el fulgor se hace poema.”.  A Lola Santiago dice: “Tú sabes que es mejor retornar a la noche, tu sabes que es mejor enumerar los pájaros del miedo. Tú sabes que es mejor el fruto cuando cae.”  Y a Blanca Sandino: “Digamos que las lámparas encienden el rastro del espejo y la memoria.”.


Es éste un libro difícil, porque es difícil apropiarse de la palabra, intentar con ella fabricar el dolor y el amor, la presencia y la ausencia, el  orto y el ocaso, el espejo y el olvido, porque: “… una palabra es tan difícil/ como el tiempo/ y en ella caben todas las ausencias,/ y  toda soledad que se deshoja;/ como tu voz,/ como tu ayer,/ como el torcido nombre de los muertos/ que ahora doblan este canto.”

©F.Basallote


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